La Consejería de Fomento y
Vivienda ha iniciado la segunda fase de la obra de emergencia para la contención
y estabilización de la ladera sobre la A-4050, la travesía del municipio
granadino de Otívar, tal y como ha explicado el consejero Felipe López durante
una visita a la zona donde, el pasado 4 de enero, se desprendió una roca de
grandes dimensiones como consecuencia del temporal de lluvias de principios de
año.
López ha destacado que “esta obra
de emergencia ha permitido intervenir con urgencia para dar una respuesta
inmediata a esta situación”, asegurando que “la medida adoptada permitirá que
la roca quede sellada y no haya riesgos de desprendimientos, garantizando con
ello la seguridad de los vehículos y de las personas”. “La solución que se ha
proyectado para este caso es la que se suele tomar en las zonas donde se
producen estos fenómenos”.
Esta segunda fase de la obra
tiene un presupuesto de 389.107 euros y es ejecutada por la empresa Desnivel. A
pesar de que la intervención se había licitado inicialmente con un plazo de
cuatro meses, finalmente se realizará en un mes y medio, gracias al compromiso
de la Consejería por asegurar la zona con la mayor urgencia posible, dado el
elevado tránsito peatonal y de vehículos que registra esta carretera a su paso
por el municipio. La previsión es que a mediados de mayo las tareas estén
concluidas, tras una inversión global de 509.107 euros, ya que a la cuantía de
estos nuevos trabajos hay que sumar el desembolso de 120.000 euros realizado
inmediatamente después de la caída de la roca.
En esa primera fase se adoptaron
medidas urgentes, desplegando personal del centro de conservación integral de
carreteras que atiende esta zona, el del Área Metropolitana de Granada y Sierra
Nevada, con el fin de realizar la limpieza de la calzada, despejar la vía y
llevar a cabo los trabajos esenciales para reforzar la seguridad de la ladera
en el punto del incidente, para lo cual se extendió una red de cable y se
aseguró un gran bloque inestable de unas 300 toneladas.
La solución que se aplicará en
esta segunda fase contempla actuar en dos tramos; el primero situado a la entrada
del núcleo urbano y el segundo ubicado en una zona contigua al punto del
desprendimiento producido. En el primer enclave se extenderán 4.500 m² de malla
de triple torsión, 300 m² de malla de triple torsión reforzada, 4.500 m² de red
de cable y 300 metros de barras de acero. En el segundo, se instalarán 3.000 m²
de malla de triple torsión, 1.000 m² de malla de triple torsión reforzada,
3.000 m² de red de cable y 200 metros de barras de acero. Esta intervención se
ha programado teniendo muy en cuenta la incidencia directa que tendrá sobre la
vida diaria de los habitantes de Otívar, que para sus desplazamientos diarios
requieren circular por esta travesía en condiciones de seguridad vial, una
situación que también es clave garantizar para los camiones procedentes de las
cooperativas dedicadas al cultivo tropical y ubicadas en el municipio y para
los vehículos que utilizan el itinerario de la A-4050 con dirección a la Costa
Tropical.
La A-4050 atraviesa Otívar a lo
largo de unos 900 metros, de los cuales en unos 200 metros discurre con una
ladera en una de las márgenes. Constituye la calle principal del núcleo urbano,
por lo que además de registrar tráfico rodado también tiene una importante
circulación peatonal. Se trata, por tanto, de una vía muy transitada, que
arroja una elevada intensidad media diaria (IMD), con 1.714 vehículos al día
(con un 4% de pesados), teniendo en cuenta el censo de población, unos 1.082
habitantes.
Esta intensa circulación no sólo
se debe a su condición de principal arteria de comunicación del pueblo, sino
también a la actividad empresarial que alberga, ligada al cultivo de frutos
tropicales, muy típico en el Valle del Río Verde donde se inserta y que
conlleva la entrada y salida de camiones para el transporte de estos productos.
Asimismo, hay que tener en cuenta la proximidad de Otívar a Almuñécar (a tan
sólo 12 kilómetros), siendo la A-4050, denominada también Carretera de la
Cabra, la principal vía de conexión con la Costa Tropical desde ese enclave.
Esta ladera ha registrado episodios
puntuales de desprendimientos, aunque de material de pequeño tamaño, debido a
la propia composición de la montaña, de piedra caliza muy porosa y con muchas
fracturas debido a la acción del agua de lluvia y la vegetación. Esos
desprendimientos se suelen producir con las primeras lluvias anuales. Por la
propia composición de la roca, es imprevisible prever el comportamiento del
macizo, cuyas deficiencias se manifiestan de manera súbita. A pesar de ello, la
Consejería de Fomento y Vivienda, desde su responsabilidad por garantizar el
tránsito de vehículos y personas por esta carretera en condiciones adecuadas de
seguridad vial, viene desarrollando de forma permanente y con carácter
preventivo las correspondientes labores de conservación para que la circulación
sea óptima en la zona.
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